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Miércoles, 29 Enero 2020 01:26

Reiki y la enfermedad

 Muchos de nosotros tenemos una concepción equivocada sobre la naturaleza de la enfermedad. Nada en la vida es permanente: un día el cielo está claro y al siguiente está nublado. La alegría y la tristeza se persiguen la una a la otra a lo largo de nuestras vidas, en cada uno de nosotros; la oscuridad se vuelve luz y la luz oscuridad. Esto ocurre en todos los niveles. No puedes congelar ningún momento, ninguna condición, sentimiento o pensamiento. Si lo intentas, destruyes la vida en su totalidad. La enfermedad y la salud son parte de la vida, los dos lados de la misma moneda. Si quieres tomar sólo un lado, pierdes ambos. 

 

Más peligrosos, que cualquier otra enfermedad, son nuestros conceptos mentales, nuestros juicios y nuestro deseo de ser solo felices, evitando a toda costa el sufrimiento. Pero felicidad y sufrimiento son estados de la mente. Uno puede ser feliz estando enfermo o infeliz estando saludable. Entonces, todo lo que podemos hacer es nutrir una actitud interna de gratitud: recuerda el tercer Principio de Reiki: "Kansha shite" (en japonés) "Sé agradecido".

Hoy, se sabe, al hablar de enfermedad, que estamos condicionados por el pasado. Aquellos recuerdos se han fijado emocionalmente en cada uno y forman teorías y pre-conceptos en la mente. Y con estas teorías te condicionas a ti mismo. Gran parte de este condicionamiento no tiene que ver con la realidad: puede provenir de una concepción social, cultural y religiosa errónea; puede surgir de la ética moral de nuestra sociedad o grupo étnico o de la filosofía de nuestra familia o círculo de amigos. También en Reiki, nosotros como grupo, tenemos que ser cuidadosos de no crear nuevos sistemas de creencias que nos impidan querer la vida en su totalidad.

El concepto más común es que la enfermedad es un castigo de Dios. He hecho algo mal y entonces estoy enfermo. 

Es una creencia triste que debes dejar ir; la Divinidad quiere que seas completo y saludable.

Completo y sano es alguien que acepta lo que está sucediendo en este momento, sea lo que fuera: "¡desventura, dificultad económica e, incluso, la misma enfermedad!".

La enfermedad nunca es el resultado de un único factor. Cada enfermedad es un conglomerado de un millón de piezas del rompecabezas. El entorno, la psiquis, la comida que comiste, las personas con quienes pasas tu tiempo, tus pensamientos y emociones, el trabajo que realizas, el lugar en donde vives, todo tiene un rol en esto.

Para tener cierta enfermedad, tu cuerpo debe tener primero una afinidad con ella. Esta afinidad es el primer requisito para la enfermedad. 

Una vez que el requisito previo está dado, el cuerpo puede reaccionar ante el estrés físico, mental o emocional, afectando su punto más débil. Pero no podemos decir que un único factor cause la enfermedad en el cuerpo. Decir que alguien se enferma de la visión porque hay algo que no quiere ver, creo que es un error.

Todos nosotros tenemos nuestros puntos ciegos y eso está bien, esto no enferma necesariamente nuestros cuerpos. 

Y si fuera verdad, y hay casos, decirlo no promueve salud, porque esta teoría despierta culpa en la persona enferma. Y la culpa es el peor veneno que existe. 

Un extraño concepto que hemos creado en Reiki  es que alguien que practica Reiki no debería enfermarse.

Reiki no es garantía de salud para siempre. Nosotros no sabemos los aprendizajes que la vida nos tiene.

Si te descubres una enfermedad grave, comienza por inclinarte ante ella y luego haz todo lo que puedas para promover sanación en todos los niveles posibles. Los caminos de Reiki son misteriosos: no sabemos en qué nivel puede ocurrir la sanación.

 

¿Qué podemos hacer para mantenernos saludables?

 

Lo principal es tu actitud interna. Alimenta un estado de gratitud con todo lo que encuentres. Sólo realiza actos que sean valiosos y que te causen orgullo al mirar hacia atrás. Mira tus pensamientos y emociones, y acoge sólo las saludables. Detente cuando notes patrones de pensamiento emocional destructivos. 

Cuida tu cuerpo lo que más puedas, evita estresarte a diario. Si el ejercicio estricto o la dieta son estresantes, pueden bloquear sus beneficios. Si te atrae la comida vegetariana, podría ayudarte a mantenerte saludable, pero esto no es para todos: si ansías pescado o carne, ¡escucha a la sabiduría de tu cuerpo! Tu cuerpo sabe lo que es mejor para ti. Sólo tienes que aprender a distinguir entre la sabiduría de tu cuerpo y los deseos de tu mente. Si todo lo que quieres comer es chocolate, algo extraño debe estar sucediendo... Si bebes cantidades moderadas de té o café, hazlo, pero hazlo conscientemente y con placer. El placer es la palabra clave para la salud física, emocional y mental. 

La relajación es importante. Para algunos  puede manifestarse con una copa de vino ocasional, para otros caminando o golpeando una almohada. Encuentra lo que te ayuda a relajarte y considera los pros y los contras... 

Aprende a escuchar las señales sutiles que te da tu cuerpo y tu mente. ¿Te das cuenta de cuándo estás cansado? ¿Te sientes con energía, fresco y feliz? ¿Cómo está tu patrón de respiración? ¿Obtienes suficiente aire, suficiente alimentación? 

¿Trabajas mucho? ¿Cómo hacer para reducir el trabajo? Debe haber una forma para reducir la velocidad, para darte más tiempo para la privacidad y el esparcimiento. 

¿Recibes tratamientos de Reiki? Muchos de nosotros, que practicamos Reiki parecieran que adquirimos el hábito de darlo compulsivamente. Nos hace sentir bien y nobles. ¿Estás listo para recibir, ser vulnerable y necesitar  apoyo, ser tocado y amado?

Este hábito de dar compulsivamente, lo conozco por mí misma, y he batallado con él, ¡ahora, cada vez que puedo, me voy a la camilla y recibo Reiki!  Recuerda que puedes ayudar mejor a otros cuando estás bien y lleno de energía. 

Para aquellos que enseñamos Reiki o algo de ese estilo, hay además una cuestión muy importante que puede jugar un rol en tu salud. Pregúntate si estás viviendo lo que enseñas. ¿Enseñas los Principios de Reiki a tus alumnos? ¿Y qué hay de ti? ¿Los sigues? ¿Los has integrado a tu vida? ¿Enseñas el amor incondicional, el no-ego, la tranquilidad y la meditación? ¿Qué tal tu vida interna? ¿Eres tranquilo, sin ego y meditativo?

¿O estás simulando ser alguien o algo que no eres? ¿Estás flotando en el quinto cielo? ¿Eres simplemente humano? Cuando enseñas no es necesario crearte una cierta imagen de ti mismo. Sólo sé tú mismo y descansa en tu natural estado...

Una buena manera de encontrar claridad sobre tu estado interno es mirar si actúas diferente cuando estás solo en casa, o dando clase. ¿Tienes la misma mirada en tus ojos? ¿Comes aquello que les dices a tus alumnos que no coman?

¿Tienes claridad sobre dónde estás, lo que sabes y lo que no sabes?

A mí lo que me ayuda cuando no sé la respuesta, es decir: "No sé"... Y es tan liberador no saber todo y sentirte bien al no saber, es un momento de paz, donde no hay tensión.

 

Adaptado por Liliana Flórez Ramírez 

Maestra Reiki

(Tomado de Frank Arjava Petter)

Modificado por última vez en Miércoles, 18 Marzo 2020 13:05